El Río Bogotá es un ecosistema lótico porque sus aguas fluyen de modo natural, transportando un caudal apreciable que se mueve en una misma dirección por la velocidad de la corriente, que desciende gradualmente al perder altitud hasta la desembocadura, alberga una gran biodiversidad de plantas y peces. Es de gran importancia porque sus aguas pueden ser aprovechadas no sólo por el ser humano para su consumo personal, diferentes actividades económicas como la agricultura o la navegación, sino también para el consumo de los animales y plantas y por tanto el desarrollo de sistemas bióticos completos y duraderos. Lamentablemente este ecosistema se encuentra degradado y deteriorado por el alto grado de contaminación, consecuencia de las actividades económicas presentes en la cuenca, los procesos de urbanización que ocasiona descargas de aguas residuales de carácter directo y sin previo tratamiento, deforestación, vertimientos industriales, que cada día han ido degradando el río, hasta convertirlo en uno de los más contaminados del mundo.