(Cundinamarca, 4 de agosto de 2025). El Palacio San Francisco, uno de los hitos arquitectónicos de Cundinamarca y del centro histórico de Bogotá, luce renovado tras la culminación de trabajos especializados de limpieza y protección ejecutados por la Gobernación del departamento, en alianza con el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC).
La intervención incluyó la remoción de graffitis y suciedad acumulada en la fachada y en esculturas interiores, entre ellas las de Luis Carlos Galán, José Vicente Concha, Jorge Tadeo Lozano y Antonio Nariño. Se utilizaron técnicas e insumos que no alteran los materiales originales y se aplicó mortero de sacrificio en el zócalo para prevenir daños futuros.
“El Palacio San Francisco es un predio a cargo de la Gobernación de Cundinamarca. Desde hace varios años hemos trabajado para garantizar su conservación y permanencia”, dijo Natalia Forero Marín, secretaria General y de Cercanía al Ciudadano. “Estas labores preservan un monumento nacional de gran valor y aseguran que continúe siendo un símbolo de identidad para los cundinamarqueses y para todo el país”, concluyó.
Personal de la Secretaría General fue capacitado para continuar labores de mantenimiento, lo que busca dar sostenibilidad a la intervención. La obra se suma a los esfuerzos por proteger un bien declarado de Interés Cultural de carácter nacional, cuya historia y arquitectura forman parte del legado vivo de la capital y de Cundinamarca.
El Palacio San Francisco, inaugurado en 1917, fue construido para albergar las oficinas de la Gobernación de Cundinamarca en reemplazo del antiguo convento franciscano que ocupaba el predio desde la época colonial. Diseñado por el arquitecto Gastón Lelarge en estilo neorrenacentista, combina influencias clásicas europeas con detalles ornamentales propios de la época republicana. Su fachada en piedra tallada, coronada por esculturas de figuras históricas como Antonio Nariño y Jorge Tadeo Lozano, lo convirtió en un referente arquitectónico del centro de Bogotá. Hoy, se mantiene como un símbolo de la historia institucional y cultural de Cundinamarca.