Según el Sistema Integrado de Matrícula (Simat), 4.125 estudiantes en condición de discapacidad y 225 con talentos excepcionales en el departamento hacen parte del Programa de Educación Inclusiva.
(Cundinamarca, 19 de abril de 2018). Conscientes del compromiso en materia de inclusión en las Instituciones Educativas oficiales (IED) de los 109 municipios no certificados, se llevó a cabo la socialización del Programa de Educación Inclusiva en el departamento de Cundinamarca, dirigido a todos los docentes y rectores.
El objetivo del programa es “desarrollar acciones que permitan el servicio de apoyo pedagógico, el acompañamiento y la formación para la educación inclusiva, posibilitando la atención de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que presentan condición de discapacidad y capacidades o talentos excepcionales matriculados en las IE de los municipios no certificados, con el propósito de garantizarles una educación pertinente y de calidad”.
Para Genny Milena Padilla, directora de cobertura de la Secretaría de Educación de Cundinamarca, es importante eliminar algunas de las barreas actitudinales, sociales, políticas arquitectónicas, que afectan a la persona con discapacidad, impidiendo que se pueda desarrollar desde todas sus competencias. “La condición de discapacidad está es en el entorno y no en la persona, debemos empezar a eliminar ese concepto que estaba en un enfoque clínico que veía la discapacidad como una enfermedad; la discapacidad la tenemos que ver desde un enfoque social de derechos”, manifestó.
Desde el Plan de Desarrollo “Unidos podemos más”, se tiene como meta intervenir durante el periodo de gobierno 125 instituciones educativas con el proceso de educación inclusiva, para lo cual se ha venido trabajando de manera articulada. Para 2018 ya son 113 IED intervenidas en 64 municipios.
Para garantizar la educación pertinente y de calidad se desarrollarán las siguientes actividades:
A través de un concurso de méritos, la ejecución de este programa se le adjudicó a la Fundación Progresa, que hace presencia en las instituciones educativas, a través de un equipo conformado por modelos lingüísticos, intérpretes, tiflólogos y profesionales de apoyo (psicólogos, educadores especiales, licenciados en psicopedagogía y áreas básicas).
El proyecto pedagógico para la educación inclusiva tiene tres fases: la primera es apoyo pedagógico, que se divide en la presentación a las instituciones educativas, acompañamiento pedagógico en la parte de educativa, proceso de depuración y actualización de Simat; la segunda fase es la de formación, focalizada en diez talleres de DUA, diez talleres de PIAR y talleres de mesas técnicas; la tercera fase es la diagnóstica, comprende remisión de estudiantes, aplicación de pruebas y consolidación de resultados.
Este programa de educación inclusiva beneficia a muchos estudiantes con alguna condición de discapacidad y les otorga calidad en la educación. “Nosotros identificamos la problemática educativa de las personas con discapacidad visual en los contextos académicos, para de esta manera brindar soluciones que permitan unos procesos realmente inclusivos en la parte educativa”, manifiestó Holman David Moreno, tiflólogo de la Fundación Progresa.